El Eneagrama

Las personas que adoptaron el Tipo 2 se centran en la emoción, tienen una percepción aguda de los demás, lo que los convierte en vencedores que saben cómo conseguir lo que quieren de las personas. El vicio emocional es el orgullo, que, por ser inconsciente, se justifica con una actitud solícita y una autoimagen bienintencionada. Esta emoción sustenta un comportamiento basado en la sensación de autosuficiencia y capacidad. «Yo puedo». El nombre «servicial» se le da a partir de la gran sensación de capacidad, y la actitud es la de «Yo puedo, yo sé, yo hago». Hábiles en las relaciones, acostumbran a ser conocidos como personas queridas.

La consecuencia negativa principal Esta forma de organización reside en la dificultad de reconocer sus necesidades reales. Tal distancia de uno mismo revela personas centradas en los demás, que se vuelven agresivas cuando no se les atiende. Desarrollan una baja tolerancia a todo lo que se traduce en cuidarse a sí mismos. Sufren cuando tienen que pedir algo o cuando no pueden estar a la altura de la imagen idealizada.

En las empresas, encontramos el Tipo 2, generalmente, ligado a las áreas vinculadas con las relaciones entre personas. Ventas, RR. HH., Secretaría y las áreas asistenciales son las más comunes. Su alto grado de entusiasmo y compromiso con las personas genera movimiento donde había quietud y despierta en las personas las ganas de involucrarse. Sin embargo, en su vehemencia, se vuelven manipuladores agresivos, que cobran cada movimiento que hayan hecho en dirección al otro y que pueden poner a las personas unas contra otras.

Para lograr un mayor equilibrio:

Cuando las personas del Tipo 2 reconocen su patrón de comportamiento como una manera de organizarse y no como lo que realmente son, están abiertas a desarrollar la neutralización del vicio emocional (orgullo) y del contacto con sí mismas, a través de la virtud de la humildad. Esta herramienta las ayuda a reconocer lo que quieren a partir de sí mismas y ya no a través de la atención que reciben del otro o del valor que les dan, lo que les permite una mayor integración de sus sentimientos, pensamientos y acciones.

Ejemplos de Tipo 2: Luciano Huck, Galvão Bueno, Michel Teló, Juliana Paes, Ana Maria Braga.